Trump y el blindaje automotriz hecho en México
Con la elección de Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos, los mercados se enfrentan a importantes cambios. El discurso anti-establishment que lo llevó a la Casa Blanca tendrá acciones concretas en 2017. Un sector que históricamente ha tenido buenos beneficios en periodos republicanos es el de seguridad. No obstante, se debe estar bien atento en México a las oportunidades que se mostrarán. Serán pocos los trenes positivos que pasarán el próximo año, pero pasarán.
Simplifiquemos:
A los enemigos tradicionales de Estados Unidos se les sumarán otros. Ya hay una probabilidad marginal de conflictividad social interna, que dada la naturaleza e historia de lucha del pueblo estadounidense, que puede dar cabida a episodios recurrentes de violencia.
Europa y otras regiones con mayor desarrollo, ya están recibiendo una fuerte presión social de refugiados, desplazados y migrantes legales de bajo nivel socioeconómico.
El sector del blindaje automotriz mexicano lo tiene casi todo para aprovechar la coyuntura:
Es una industria actualizada en modelos de vehículos de comercialización internacional.
Los productos tienen probada calidad bajo fuego real y cotidiano, gracias a la lucha entre facciones del crimen organizado y estos contra las fuerzas de la ley.
Es un sector que ha cobrado progresiva formalidad representado tanto en la Asociación Mexicana de Blindadores de Automotores (AMBA) como en otras blindadoras a nivel nacional.
Es el único país latinoamericano con una empresa con certificación integral de blindaje (TPS y sus certificaciones alemanas VPAM / STANAG), muy importante, el cual entiendo que muchas blindadoras norteamericanas no cuentan.
El tren viene y tenemos todo excepto el boleto, uno que requiere de una auténtica revisión y planificación orientada a ganar competitividad internacional. Este necesita “desaprender” el modelo comercial doméstico y “aprender” uno globalizado para que el sector de blindaje automotriz mexicano acceda al mercado internacional.
Debemos construir una marca país apuntalada por una estrategia como las de empresas de telecomunicaciones asiáticas, “precios competitivos por debajo del mercado”. Esto en un principio puede significar una reducción de la utilidad, pero luego se convierte en más clientes y procesos más eficientes, en paralelo logrando participación de mercado.
Mientras los clientes compren por recomendación de un “amigo” y no por análisis técnico, el único tren que abordaremos es el local.