Test: Toyota Hilux SRV Pack 4x2 MT
La 8va generación mantiene la robustez y la destreza que la llevaron a ser líder durante años. Además, suma un rediseño total y un notorio cambio en el confort de marcha. ¿Precio? $499.000-.
El segmento de las pick-ups ha cambiado con el paso del tiempo. Unos treinta años atrás, tener un modelo de estas características era sinónimo de trabajo y confiabilidad. En esta época, las camionetas siguen cumpliendo ese rol pero otro gran porcentaje están destinadas para el placer y los viajes en ruta. Por ese motivo, es que todas las marcas han buscado nuevas alternativas para estos vehículos que han mejorado sustancialmente el comportamiento dinámico y los equipamientos de seguridad y confort.
Con respecto a la generación anterior, la nueva Hilux (versiones SR, SRV y SRX) es 7 cm más larga (5.330 mm), 2 cm más ancha (1.855 mm) y 4,5 cm más baja (1.815 mm). La única medida similar es la distancia entre ejes (3.085 mm). A su vez, la caja de carga de las doble cabina incrementó su tamaño, ahora es 3 cm más alta (480 mm), 2,5 cm más ancha (1.540 mm) y 0,5 cm más larga (1.525 mm).
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El diseño exterior continúa con la tendencia Toyota. El capot toma una línea alargada similar a la de un Corolla. La parrilla, que cuenta con el logo en el centro, tiene listones cromados que llegan hasta las ópticas delanteras. Por debajo, tiene una amplia toma de aire y los faros antiniebla. Desde el pilar A hacia atrás todo es parecido a la generación anterior. Hay que tener en cuenta que las modificaciones más grandes en una pick-up sólo se pueden hacer en la parte frontal. Este modelo, la SRV Pack, está equipada con llantas de aleación de 17” y neumáticos 265/65/R17 AT (All-terrain).
Su interior continúa la idea de redefinición total del concepto de la pick-up. El tablero tiene dos grandes anillos donde se encuentran el tacómetro, el velocímetro, el medidor de temperatura y combustible analógicos, un display de información múltiple con una pantalla color de 4,2”. Todo muy completo y de gran uso para el conductor. En la consola central se encuentra la pantalla táctil flotante de 7” donde se maneja el audio, el navegador y las diferentes conexiones. Para mi gusto, la ubicación y el diseño no son de los más agraciados. Además, el sistema no es de los más rápidos e intuitivos.
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El habitáculo ha sumado confort. La posición de manejo ha mejorado con respecto a la generación anterior. Se ha trabajado en la insonorización y se nota. El motor a velocidad crucero de ruta es casi imperceptible. Las plazas traseras han mejorado pero probablemente, después de varios kilómetros, empezarán los pedidos para detenerse de los ocupantes para estirar las piernas. Esto no es un problema de la Hilux, sino de casi todas las pick-ups doble cabina del mercado (exceptuando la RAM).
La Toyota Hilux ha renovado su conjunto mecánico. Ahora dispone de un motor turbodiésel 2.8 litros de 177 caballos de potencia y 420 Nm de torque. La transmisión puede ser manual o automática, ambas de seis velocidades. La testeada tenía la primera opción con el sistema iMT que detecta los cambios de marcha para que sean más suaves y progresivos. La tracción puede ser trasera o total, con reductora.
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Los 177 cv tienen gusto a poco. Teniendo en cuenta que es una nueva motorización y varios de sus competidores ya llegan a los 200 cv (Ford Ranger y Chevrolet S10), creo que Toyota podría haber ofrecido algo más de potencia. Cuando pisas el acelerador te das cuenta de esos 20 cv que le faltan. Para poder calmar al conductor exigente, Toyota dispuso un botón «modo power» que agiliza la rapidez del acelerador para ponerle un poco más de picante a la motorización.
Es evidente que Toyota no ha pensado en una Hilux rabiosa sino en una que consuma poco. Con casi mil kilómetros de prueba, la pick-up arrojó unos 9,9 litros cada cien kilómetros en el ciclo mixto. Como el «boton power», también está el «modo eco» que aminora el régimen de las marchas para el ahorro de combustible.
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Su comportamiento dinámico ha mejorado para una mayor comodidad. El nuevo chasis se siente más robusto y las suspensiones se ablandaron para absorber las imperfecciones de los caminos. El tren trasero sigue rebotando (más cuando está sin carga) pero menos que su antecesor. Todo se ha tratado de perfeccionar para alcanzar a la pick-up líder del confort, la Amarok, pero a pesar de que se ha acercado, el producto de Volkswagen sigue siendo la referencia.
Definitivamente el camino off-road es su aliado. Teniendo en cuenta que estaba a bordo de un modelo solo con tracción trasera no la exigí demasiado pero algunas rutas con una pequeña dificultad y un poco de arena estuve recorriendo. La robustez y la confiabilidad que transmite son perfectas.
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En lo que respecta a seguridad activa, incorpora: frenos ABS con distribución electrónica de la fuerza (EBD), asistente de frenado de emergencia (BA), control de tracción (TRC) y de estabilidad (VSC), control de balanceo de tráiler (TSC), asistente de arranque en pendientes (HAC) y luces de frenado de emergencia (EBS). La pasiva está dotada de siete airbags, cinturones inerciales en todas las plazas e ISOFIX. Además, fue sometida por Latin NCAP a las pruebas de choque y obtuvo el máximo resultado: cinco estrellas en protección, tanto para adultos como para niños.
Está claro que Toyota observó a sus competidores para mejorar a la Hilux. Por ese motivo, el confort dinámico progresó, el diseño se renovó y el equipamiento incrementó. A su vez, mantiene la histórica robustez y confiabilidad del modelo. Toda esa combinación hace que la pick-up ofrezca lo necesario para seguir siendo líder del mercado. ¿Podrá mantenerse? Sólo el tiempo tiene la respuesta.
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