
En busca del récord de velocidad terrestre a 1,609 km/h
La obsesión por la velocidad, una simbiosis que transita paralelamente a la invención del automóvil, que el hombre se ha encargado de llevar a niveles inimaginables, siempre en favor de una superación tecnológica, pero sobre todo, en un sincero ejercicio para romper las barreras mentales de lo imposible. El ejemplo