Nada es para siempre: Adiós al Land Rover Defender
Estamos ante la inminente despedida de un ícono: el Land Rover Defender, un modelo cuyo mayor pecado fue precisamente mantener su esencia.
Existen cosas que trascienden cualquier moda o tendencia y logran mantener su esencia hasta volverse símbolos. Tal es el caso del Land Rover Defender. El modelo más emblemático de Land Rover ha conservado prácticamente intacto su diseño y personalidad; y quizá, es precisamente por ello que la marca inglesa ha anunciado que a partir de diciembre de 2015, dejará de producirlo.
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Después de 67 años de historia, el Land Rover Defender dejará un vacío en todos aquellos amantes de los 4×4 puros pero sobre todo en aquellos que logran ver la belleza y la esencia de un todoterreno austero, espartano y funcional.
La principal razón de la descontinuación del Defender es que su diseño y filosofía no encajan con las normas medioambientales y de seguridad actuales. Modificar el modelo para cumplir con dichos estándares no sólo resultaría muy costoso, sino que trastornaría por completo la esencia del Defender. Tal vez por ello, Land Rover ha decidido dejar de producirlo antes que dejar de ser fiel al espíritu de este modelo.
Muy pronto la planta de Solihull dejará de dar vida a estos bellísimos ejemplares hechos de aluminio, repletos de remaches, con robusto chasis de largueros y ejes rígidos y con un diseño genuino como pocos.
Desde sus inicios en 1947, la esencia del Defender estuvo impregnada por la practicidad. Por ejemplo, el primer bosquejo lo realizó Maurice Wilks sobre la arena de la playa Wharf y cuando él y su hermano Stephen decidieron construirlo, simplemente tomaron un chasis de Jeep (su inspiración), un motor, una caja de cambios, un eje trasero de Rover P3 y comenzaron sus primeros prototipos a partir de aluminio, que en aquellos días de posguerra era más accesible que el acero.
Para 1948 ya tenían el primer modelo de Land Rover, del cual el Defender es su descendiente más directo pues son prácticamente idénticos. Las pocas modificaciones que se le han realizado han sido tan sólo para cumplir con ciertas normas medioambientales. Pese a eso, el Defender actual no es muy diferente de los primeros modelos.
Incluso el proceso para ensamblar cada unidad sigue siendo muy artesanal. Actualmente cada ejemplar se ensambla – en su mayoría manualmente – por 500 trabajadores asistidos por 7 robots, en comparación con la línea de producción del Range Rover que cuenta con 328 robots. Cada Defender toma tres días en ser ensamblado y se producen sólo 100 unidades al día.
Desde que la primera versión del Defender salió al mercado a finales de la década de 1940, se han vendido más de dos millones de unidades, 75% de las cuales continúan recorriendo los lugares más remotos del planeta.
Este año, como despedida, la marca inglesa ha presentado tres modelos conmemorativos del Defender: el Autobiography, el Heritage y el Adventure.
Con todo, no podemos olvidar que estamos ante la inminente despedida de un ícono; un auto que es al mismo tiempo el preferido de la Reina de Inglaterra y del agente 007; un auto que tiene más apariciones en largometrajes y shows de TV que cualquier otra persona; pero sobre todo, un modelo cuyo mayor pecado fue precisamente mantener su esencia.
Es difícil saber si Maurice Wilk se imaginó, mientras dibujaba sobre la arena de la playa Wharf la silueta del primer modelo de Land Rover, que ésta permanecería casi intacta durante siete décadas.
Hay cosas que quisiéramos que duraran por siempre, sin embargo, todo lo que tiene un principio, inevitablemente tiene un fin. Incluso aquello que fue diseñado para superar cualquier obstáculo, como la Land Rover Defender.
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Por: Carlos Arturo Aguilar